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sábado

Mayo: Mes de María

La Iglesia otorga este mes a María para conocerla y amarla más



Mayo es el mes de las flores, de la primavera. Muchas familias esperan este mes para celebrar la fiesta por la recepción de algún sacramento de un familiar. También, Mayo es el mes en el que todos recuerdan a su mamá (el famoso 10 de Mayo) y las flores son el regalo más frecuente de los hijos para agasajar a quien les dio la vida.

Sábado Santo

"Durante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección (Circ 73).

Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro.Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz "¿por qué me has abandonado"?- ahora él calla en el sepulcro.Descansa: "consummatum est", "todo se ha cumplido".
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. "Fulget crucis mysterium": "resplandece el misterio de la Cruz."
El Sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: "nosotros esperábamos... ", decían los discípulos de Emaús.
Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: "se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande" (Job. 2, 13).
Eso sí, no es un día vacío en el que "no pasa nada". Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.
El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos - no tanto momentos cronológicos - de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado:
"...se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo...se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, es decir conociese el estado de muerte, el estado de separación entre su alma y su cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la cruz y el momento en que resucitó. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz al universo entero".

(ACIPRENSA.COM)

viernes

LOS ICONOS DE LA MADRE DE DIOS DE LA MISERICORDIA

LOS ICONOS DE LA MADRE DE DIOS DE LA MISERICORDIA
La Puerta del Amanecer (Ausros Vartai) en Vilna (Vilnius), Lituania


La capilla en La Puerta del Amanecer con el ícono de la Madre de Dios de la Misericordia, en Vilna.



Óleo en láminas de madera
La imagen con el vestido de plata
 El cuadro de la Virgen Mar ía de la Puerta del Amanecer probablemente fue pintado en Vilna 
en los años 1620-1630.  A pesar de muchas investigaciones, la identidad del pintor sigue siendo desconocida. El cuadro al óleo  fue pintado sobre unas láminas de roble cubiertas con una fina capa de barniz de tiza. La corona doble y el vestido de plata bañado en oro se añadieron al cuadro entre los siglos XVII y XVIII. El elemento característico de la imagen es la ofrenda en forma de una media luna ubicada en la parte inferior del cuadro en 1849. El revestimiento plateado de las paredes de la capilla forman las ofrendas seleccionadas.
Entre las ofrendas que cubren las paredes se encuentran tambi én las ofrendas enviadas 
por el Papa Juan Pablo II. Se estima que en total hay unas 8000 ofrendas de plata donadas 
por los fieles en agradecimiento por las gracias recibidas.

Desde generaciones en la Puerta del Amancer los habitantes de Vilna imploran gracias para  ellos mismos y para sus seres queridos a través de la intercesión de la Madre de Dios. Numerosas copias de la imagen de la Madre de Dios de la Misericordia se encuentran en las iglesias de  países extranjeros, también en la Basílica de San Pedro hay una capilla, donde está expuesta una copia de dicha imagen.
 En 1773, el Papa Clemente XVI concedió la indulgencia a la Cofardía la Protectores de la Santísima Virgen María en Vilna.
Con el decreto papal de 1927 la imagen de la Virgen María de la Puerta del Amanecer, denominada la Imagen de la Madre de Dios de la Misericordia, fue coronada con las coronas papales. Las celebraciones de coronación adquirieron el mayor rango eclesiástico y estatal. Las coronas de oro fueron puestas por el nuncio papal. (las coronas desaparecieron durante la segunda guerra mundial).

 
Gracias a la Divina Providencia, al pasar sólo unos años (en 1935) al lado del ícono de la Madre de Dios de la Misericordia por primera vez en público se rendió culto al cuadro con la imagen de Jesús Misericordioso.
Durante la segunda guerra mundial, gracias a la decisión del arzobispo metropolitano de Vilna, Romuald Jalbrzykowski, el Icono de la Madre de Dios de la Misericordia sus fieles adoradores en la Puerta del Amanecer. Al finalizar la guerra, cuando Vilna pasó al poder de la Unión Soviética, se  cerraron la mayoría de las iglesias. Sin embargo, la capilla de la Puerta del Amanecer permaneció abierta.


LA MADRE DE DIOS – EL DESPERTAR DE LA CONFIANZA


“María es para nosotros la Madre de la Misericordia, y la obra de misericordia ya la comenzó a realizar en el Calvario. Desde entonces, toda gracia fluye a los seres humanos a través de María: Ella reforzaba a los Apóstoles en su trabajo. Ella consiguió  inspiración para los Evangelistas. Desde   que fue llevada al cielo, hasta   hoy cuida de nosotros e implora la misericordia de Dios para nosotros.
Tal vez tengamos que anotar más de un  error cometido durante nuestra vida, tal vez alguien se haya hundido en el pecado – María ha implorado para esa persona la gracia de la conversión. Cuántas veces esto haya sucedido – será  un secreto conocido sólo por Dios, pero si esto ha sucedido a menudo, nos hacemos objeto de las intervenciones más particulares por parte de nuestra Madre de la Misericordia  es una frase algo confusa. Ella ha puesto en nuestros labios las pala bras: „JESUS, CONFIO EN TI” y alejó de nosotros el momento de la pena terrible y enterna.

Con seguridad todo viene de Jesús Misericordiosísimo, pero toda la gracia que obtenemos viene a nosotros a través de María. (...) la evidencia de esto son los numerosos lugares de milagros donde, por la intercesión de la Santísima Virgen María, la gente encuentra la curación de enfermedades, el consuelo en la tristeza, la esperanza en la desesperación. No fue una coincidencia que el cuadro con la imagen del Salvador Misericordiosísimo, adorado y alabado en el mundo entero, por primera vez  fuera expuesto a los pies de Nuestra Señora de la Merced (28 de abril de 1935 ) el primer domingo después de la Pascua), como si de alguna manera lo aprobase y recomendase. Por lo tanto estrechemos aún más los lazos que nos unen a la Madre de la Misericordia y confíemos en Ella sin límites" (el padre M. Sopocko).

ORACIÓN POR EL CUIDADO Y LA INTERCESIÓN DE LA MADRE DE MISERICORDIA

Oh, mi Señora, Santa María!
A Tu gracia, protección particular y misericordia,
hoy y todos los días y en la hora de mi muerte,
encomiendo mi alma y mi cuerpo.
Toda mi esperanza y todo mi consuelo,
todas las aflicciones y dolencias,
la vida y el final de mi vida a vosotros, a Ti confío,
para que por Tus méritos todas mis acciones se celebren
y rijan por Tu voluntad y por la voluntad de Tu hijo. Amen.



En la capilla de la Puerta del Amanecer (Ausros Vartai) rezaba el Papa Juan Pablo II 
durante su peregrinaje a Vilna en septiembre de 1993.




La capilla en La Puerta del Amanecer, XIX


La capilla en La Puerta del Amanecer 


FOTOS Y NOTA: http://www.misericordia-divina.com/